Santa Teresa de Jesús y su devoción al Glorioso San José
“Aunque tengan muchos santos por abogados, tengan particularmente a san José, que alcanza mucho de Dios.” (Santa Teresa)
Anécdota
Santa Teresa era muy devota de San José, ella misma cuenta:
- Creo que ya hace algunos años que el día de su fiesta le pido una cosa y siempre la veo cumplida; si la petición va algo torcida, él la endereza para más bien mío.
Una vez estaba en un apuro del que no sabía cómo salir, pues no tenía dinero para pagar a unos albañiles, y se me apareció san José, mi verdadero padre y señor, y me dijo que no faltaría dinero y que los contratara; y así lo hice, sin un céntimo. Y el Señor de modo maravilloso que asombraba a los que lo oían, me proveyó. Al glorioso san José no es que lo vi con tanta claridad, aunque vi muy bien que estaba allí, como en las visiones que no se ven..
Su consejo es el siguiente:
- Quien no hallare maestro que le enseñe a orar, tome a este glorioso Santo por maestro y no errará el camino.
(Libro de la Vida 6,6-7).
Tomé por abogado y señor al glorioso San José y me encomendé mucho a él. Vi claro que este padre y señor mío me sacó con más bien del que yo le sabía pedir, tanto de esta necesidad como de otras mayores de pérdida de la honra y del alma. No me acuerdo de haberle suplicado hasta ahora algo que él haya dejado de hacerlo. Son asombrosas las grandes mercedes que Dios me ha hecho por medio de este bienaventurado Santo y de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma.
Parece que el Señor dio gracia a otros Santos para socorrer en una necesidad, pero tengo por experiencia que este glorioso Santo socorre en todas. El Señor quiere darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra (ya que le podía mandar, porque le hizo de padre, aunque era su ayo), así en el cielo hace cuanto le pide. Esto también han visto por experiencia otras personas a quien yo decía que se encomendasen a él; y hay muchas que, experimentando esta verdad, empiezan a serle devotas.
Yo querría persuadir a todos para que fuesen devotos de este glorioso Santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido persona que de veras le sea devota y haga particulares servicios, que no la vea más aprovechada en la virtud; porque él ayuda en gran manera a las almas que se le encomiendan. Desde hace tiempo, cada año le pido una cosa el día de su fiesta, y siempre la veo cumplida. Si la petición va algo torcida, él la endereza para más bien mío.
Si yo fuera persona que tuviera autoridad de escribir, de buena gana me alargara en decir detenidamente las mercedes que este glorioso Santo ha hecho a mí y a otras personas. Solo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no me creyere, y verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devoción. En especial, las personas de oración siempre le deberían ser aficionadas; porque no sé cómo se puede pensar en la Reina de los ángeles en el tiempo que tanto pasó con el Niño Jesús, que no den gracias a san José por lo bien que les ayudó. Quien no hallare maestro que le enseñe oración, tome este glorioso Santo por maestro y no errará en el camino
pinturas del pintor colombiano del s. XVIII Joaquín Gutiérrez
Una representa a san José protegiendo bajo su manto el monasterio que ella ha construido en su honor y la otra representa a santa Teresa llevando las almas (dibujadas como ovejas) a san José. Nótese que en el segundo cuadro, detrás de la Santa se puede ver en el suelo el gorro de doctora junto a un libro (aunque oficialmente no se le reconocía el doctorado, en las obras de arte es muy común representarla como tal).