El prior de los Carmelitas, P. Pascual Gil, leyó el decreto del Sr. Obispo por el que se establecen las cuatro iglesias jubilares donde se podrán lucrar las Indulgencias Plenarias de este Año Jubilar Teresiano: la Santa Iglesia Catedral y las tres iglesias del Carmelo en la Diócesis de Cartagena: el convento de los Padres Carmelitas Descalzos de Caravaca y los monasterios de Madres Carmelitas Descalzas de Algezares (Murcia) y Tallante (Cartagena).
El Sr. Obispo habló de la importancia de la oración y de las dificultades que se pueden presentar: como el cansancio; las imperfecciones que nos estorban; el no sentir nada; o el tiempo. Por eso recomendó orar con constancia, humildad y acompañados por un director espiritual. También animó a los presentes a buscar el equilibrio entre la vida contemplativa y la vida activa, como hizo Santa Teresa de Jesús, “un equilibrio entre contemplar a Dios y hacer el bien”.
Durante la homilía, el Sr. Obispo habló también del Año de la Caridad, como un año especial en el que el Señor nos invita a que comprendamos el primer mandamiento: amar a Dios y al prójimo. “Deseo que viváis el amor como esencia de la mano de Santa Teresa. Esta es una ciudad que sabe qué es el amor, porque en el perfil de Caravaca aparece la cruz que es símbolo del amor. Desde pequeños habéis vivido esta espiritualidad”, explicó el Prelado, asegurando además que el amor “es el lenguaje que une a todos los hombres”, independientemente de las barreras que puedan separarles.
El Sr. Obispo pidió a Dios por los Padres Carmelitas Descalzos, para que este año de gracia dé abundantes frutos y puedan nacer nuevas vocaciones al Carmelo. También tuvo un recuerdo para los dos monasterios de Madres Carmelitas Descalzas de la Diócesis, que “están en permanente guardia delante de Dios, presentando nuestras alegrías y nuestros sufrimientos”.
Ante la imagen de Santa Teresa de Jesús, en la capilla que lleva su nombre, el Obispo de Cartagena leyó la oración jubilar y animó a los caravaqueños a vivir intensamente este año: “Caravaca tiene nuevamente la oportunidad de demostrar que es una ciudad acogedora. Le doy gracias a Dios por hacer esta apertura en Caravaca, paso obligado para vivir este Año Jubilar Teresiano, donde pisaron los pies de San Juan de la Cruz”.